Clara, la joven alimoche liberada en el Parque de la Murgia Materana en agosto de 2018, ha muerto por un disparo de escopeta en los alrededores de Mazara del Vallo (Trapani), en la región sudoccidental de Sicilia. Su cuerpo, acribillado por 7 balines, fue encontrado el 11 de septiembre.
Desgraciadamente, la migración de Clara hacia África, que comenzó el 3 de septiembre con su partida de la Murgia Materana, concluye trágicamente por culpa de los disparos de un cruel y abyecto criminal.
Desde finales de la tarde del 9 de septiembre, las señales procedentes del registrador de datos GPS/GSM con que estaba equipada Clara la situaban en una posición más o menos fija a unos 10 km al noroeste de Mazara del Vallo (Trapani). Alertados por los responsables del CERM, los ornitólogos locales Enzo Sciabica y Antonino Barbera iniciaron de inmediato la búsqueda, que se prolongó sin éxito hasta el atardecer del 10 de septiembre. El día después, la osamenta del alimoche fue recuperada dentro de un viñedo por parte de los carabineros del servicio CITES de Sicilia, guiados hasta allí por los dos ornitólogos y movilizados por la agrupación de carabineros CITES de Roma por recomendación de la asociación CERM. Las radiografías realizadas por el Instituto Experimental Zooprofiláctico de Sicilia revelaron la presencia de siete balines de plomo en el cuerpo de la joven alimoche.
Desgraciadamente, la virulencia de la caza furtiva en perjuicio de las aves migratorias en esta zona de Sicilia es bien conocida: el destino de Clara y la confirmación de la causa de su muerte gracias a la supervisión de sus desplazamientos mediante un registrador de datos GPS/GSM constituyen la prueba indiscutible y hacen aflorar la punta de un iceberg que esconde la muerte probable de cientos de rapaces cada año.
Este acto de caza furtiva nos llena de rabia y tristeza: el disparo de escopeta que abatió a Clara, dejándola sin escapatoria y condenándola a muerte tras dos días de agonía, también frustra todos los esfuerzos dedicados a su nacimiento en cautividad y a la organización de su liberación. Roba una esperanza para la población italiana de alimoches, pues Clara ya no podrá volver nunca a Italia para reproducirse y contribuir a la perpetuación de su especie, que se encuentra reducida al mínimo.
Una verdadera vergüenza nacional.
