La Asociación CERM –Centro de Rapaces Amenazadas– ha dado a conocer la extraordinaria noticia de que Sara, nacida en el CERM en 2015 y liberada ese mismo año en Apulia, tiene un compañero y que la pareja ha sido observada en actitud reproductora.
19 años después del inicio de las liberaciones en la naturaleza de jóvenes alimoches nacidos en el CERM, es la primera vez que por fin hay pruebas de que uno de los ejemplares forma parte de una pareja salvaje en fase reproductora. Y es la primera vez que un acontecimiento así se produce en Europa.
La Asociación CERM, que había organizado la suelta de Sara en la Gravina di Laterza (Tarento) en colaboración con LIPU y con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, ha podido seguir todos los desplazamientos de este alimoche gracias al GPS de Microwave Telemetry con el que está equipado y que ha seguido funcionando desde 2015 hasta la actualidad (normalmente, la duración no supera los 3-4 años).
Tras haber permanecido cuatro años en el África subsahariana, con traslados en verano al Atlas (en el norte de Argelia), a partir de 2019 Sara ha regresado cada año al sur de Italia para pasar allí la primavera y el verano y después volver a pasar el invierno en Níger.
Este año, su llegada era muy esperada porque Sara tiene siete años y, por tanto, está lista para la reproducción. Las esperanzas aumentaron cuando se verificó un adelanto de dos meses en su migración hacia el norte con respecto a los años anteriores.
El 26 de febrero de 2022, Sara salió de Níger y, tras un viaje de unos 2.800 km, llegó a Sicilia el 22 de marzo; al día siguiente se detuvo en el centro de la isla, en una zona habitualmente frecuentada por la especie. Como parecía tener intención de quedarse cerca de una pared rocosa, el socio del CERM Mimmo Bevacqua y Andrea Cairone, ornitólogos expertos en rapaces, fueron alertados y dirigidos gracias a los datos proporcionados por el GPS. Una inspección realizada con las debidas precauciones, manteniéndose a una distancia considerable, les permitió observar a Sara, con el GPS todavía en su sitio y el plumaje casi completamente coloreado de naranja (los alimoches acostumbran a darse baños de barro).
Y esto no es todo: Sara estaba en compañía de un macho y los dos alimoches mostraban una inequívoca actitud reproductora, lo que hace suponer que la nueva pareja se formó ya en África. El 2 de abril, Sara partió de nuevo y se dirigió a las zonas de Basilicata que había visitado con asiduidad en los últimos años. Es probable que los legítimos propietarios del territorio de nidificación siciliano, que aparecieron al cabo de unos días, ahuyentaran a la pareja «intrusa».
Pero la historia continúa, y en Basilicata se ha visto de nuevo a Sara y a su compañero apareándose en una zona frecuentada por la especie.
Ahora es importante que esta nueva pareja pueda disfrutar de la tranquilidad necesaria para llevar adelante la reproducción. Por ello, la Asociación CERM pide a todos la máxima colaboración, para que el afán de observar a los dos animales o de sacar una foto no comprometa el final feliz de esta historia provocando el abandono de la nidificación. Sara será vigilada por ornitólogos que colaboran en el proyecto LIFE Egyptian vulture y por los Carabinieri forestales.
El hecho de que Sara esté dispuesta a perpetuar la especie demuestra que la reproducción en cautividad y la liberación de los jóvenes en la naturaleza son operaciones eficaces que, a largo plazo, pueden suponer una valiosa ayuda para su conservación.
A partir de 2017, estas actividades han sido llevadas a cabo por la Asociación CERM junto con el Instituto Superior de Protección e Investigación Ambiental – ISPRA en el marco del Proyecto LIFE Egyptian vulture, gracias al cual, en Italia, se llevan a cabo otras acciones a favor del alimoche por parte de E-Distribuzione, Federparchi, la Región de Basilicata y la Región de Apulia.
La Asociación CERM quiere dar las gracias a todos los que han trabajado y trabajan para salvaguardar el alimoche y quiere agradecer, en particular, a la Asociación VCF Vulture Conservation Foundation, que en estos últimos años se ha hecho cargo de los gastos de recepción de los datos del GPS de Sara, de una duración récord.